viernes, 1 de agosto de 2008

Reconstruir una revelación

Hace unos años Graciela Mochkofsky era una periodista que solía cubrir policiales y casos políticos en el diario La Nación de Argentina. Tenía escritos dos libros de investigación periodistica sobre sonados casos políticos y en esas andaba cuando en agosto del 2003 se topo con una carta en internet. Su contenido detonó su intuición y se vio obligada a marcar el número de Nueva York, que su autor había dejado al final. Tenía que probar que esa historia no podía ser cierta. Pero lo era y se pasaría los próximos tres años reconstruyendo la historia de unos judíos convertidos de Perú, casi sesenta años después que, el cajamarquino fabricante de escobas, Segundo Villanueva abriera la biblia y empezara a dudar. Leer su historia es acompañarlo en su búsqueda espiritual.

¿En qué circunstancias llegó esta historia a ti?
Fue a partir de un carta que tenía como objetivo pedir fondos a las comunidades judías en Estados Unidos, para ayudar a estos conversos peruanos que eran muy pobres y que necesitaban ayuda. El autor de la carta era una rabino del estado de Nueva York, que dejaba su número para coordinar las donaciones. A mí la historia me pareció increíble, única, fabulosa. Para comprobar llamé por telefono que habían colocado y hablé con la viuda del rabino, que era una peruana del grupo de los convertidos que vivía en Nueva York. Ella me confirmo la historia y me dio sus datos y los de la comunidad. Así llegué a la historia, sentía que la búsqueda de Segundo Villanueva tenía puntos de contacto conmigo. Yo soy hija de una paraguaya judía, casada con un judío de Córdova, la zona judía de Argentina, por lo que mi educación religiosa fue algo diferente, si la comparamos con la educación religiosa en latinoamerica. Mis padres decidieron que mi hermano y yo, eligiéramos a que religión pertenecer. Yo tenía nueve años y él acaba de nacer, pero en teoría decidimos ser católicos, por lo que recibimos una educación católica. Mientras eso ocurría hubieron una serie de conflictos y hechos durante la adolescencia, que me hizo sentir indentificada con Villanueva, con su historia, por supuesto que son dos contextos completamente diferentes.

¿De qué forma te cambio esta historia?
En principio, como periodista quería conocer todo lo posible para poder entender el mundo de mi personaje, así que investigarlo me dio una visión más amplia sobre la religión, yo como muchas otras personas no había hecho una investigación exhaustiva sobre el tema, así que tuve que aprender mucho sobre religiones para poder reconstruir, el aprendizaje para pasar del catolicismo al judaísmo. En el proceso de Villanueva para cambiar de una visión religiosa a otra, se pasan revista a muchas de las facciones de la religión crisitiana y judía. Para representar ese proceso mental en el libro, el sistema calendario cambia y empiezan a vivir en el calendario judío. También aprendí a hablar algo de hebreo, que era algo necesario para escribir esta historia

¿Cuáles fueron las partes más difícil de retratar en tu libro?
No sentí una parte difícil. Creo que toda su historia fue sacrificada, siempre enfocada en esa búsqueda, es la historia de un hombre que después de leer un libro se da cuenta que puede llegar a la verdad mediante la fe, y ese libro tiene la verdad sobre el cuco, sobre sus vidas, sobre los hombres, sobre lo que él tiene que hacer con su vida. Esto modifica todo su contexto o lo que parece decirle su realidad, y se convierte en alguien completamente diferente. Entonces tratar de reconstruir esa historia, tratar de ordenar los elementos , requirió de mucho tiempo de reflexión de escuchar las entrevistas, porque hay cosas que no pude reconstruir, porque nadie más fue testigo de lo que le pasaba, por eso el libro tiene esos momentos en que a uno le gustaría saber que pasó. Pero así es en el periodismo, además esta es una historia que empezó en el 44 yo no pude vivirla contemporáneamente.

¿Qué elementos quedaron fuera del libro?
Para el libro viaje bastante, estuve dos meses en Israel investigando para el libro. Luego estuve un par de meses en Cajamarca. Me pasé mucho tiempo investigando libros sobre religión, leyendo sobre el tema del judaísmo y la historia de las otras religiones que había revisado Villanueva. Además hice cientos de entrevistas por mail y teléfono. Tenía varios de cassetes que desgrabe, varias libretas llenas de apuntes donde expresaba mis opinones o lo que percibía. En un inicio pensé hacer un libro periodisiticamente más clásico, contar en primera persona como iba a atando los hechos, realizando las entrevistas ese fue mi primer impulso, pero toda esa experiencia del periodista que investiga y se pregunta, quedó fuera del libro, porque no agregaba nada a la historia.

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