martes, 22 de julio de 2008

La familia no es un cuento

Els Vandell aparece en la Plaza Isil con el flequillo batiente. Acababa de salir de una reunión sobre su futuro próximo y las pistas duplican las distancias. Ella está acostumbrada a un tráfico de quince minutos, pero ese ya es otro cuento. Junto con Chela de Ferrari, ha publicado un relato extraído de la obra de teatro La Familia Fernández. Se abre el telón de ese género tantas veces disminuido: la literatura infantil. Els Vandell dramaturga nacida en Holanda, explica los desafíos de cualquier autor frente a esos lectores acostumbrados a los dibujos animados.

¿Cómo La Familia Fernández se convirtió en un libro para niños?
Cuando empezamos a hacer teatro para niños en la Plaza Isil decidimos que el niño no podía llevarse un programa de mano común y corriente, sería muy aburrido. Queríamos que se llevara una experiencia a su casa, hacer que tanto venir como salir del teatro fuera especial. Por eso nació la idea de escribir un cuento a partir de la obra. A veces era un cuento tal cual aparecía en el teatro, otras veces se hizo un álbum de la memoria que era una especie de libro de actividades, y en esta ocasión es el relato de la escena central de un cuento basado en la obra del argentino Hugo Midón, uno de los clásicos del teatro para niños en América Latina basado en la técnica clown. La obra está estructurada para que las escenas se reúnan alrededor de la vida familiar.

¿Cómo se inicia en el teatro para niños?
Yo estudié actuación en el Drama Center de Londres, pero mi primer trabajo fue precisamente en una compañía para niños. Ahí aprendí que se podía hacer de todo en el teatro para niños, no había límites de ninguna clase, como se podría suponer. Esa educación que recibí en esa compañía consiguió que se me abriera un mundo para mí. Uno podía tomar las impactantes obras clásicas como Romeo y Julieta de Shakespeare y mostrar esos sentimientos universales a los niños. Mientras estaba en Europa, con mi compañía montamos Esperando a Godot para niños, porque pienso que es importante contar esa clase de historias desde el niño. Por qué limitarlo a una sola clase de sentimientos. Por eso el principal problema en la Familia Fernández es una crisis económica en el hogar, es algo que ocurre en la realidad. Nosotros creemos que es importante contar el relato con el niño, porque ellos tienen una experiencia diferente, propia, una mirada tan particular que es importante que nosotros, como adultos, también aprendamos de ellos.

¿Qué otros trabajos realizaste aquí?
Cuando empezamos a hacer teatro infantil hicimos ‘Cuatro amigos y un cuento’ una obra que traje de Holanda, que son unos títeres a tamaño natural. Los titiriteros están completamente visibles lo que genera una dinámica distinta. Fue una obra para niños pequeños, para pre escolar a diferencia de La Familia Fernández.

¿Cuál es el siguiente paso para La Familia Fernández?
Si bien tenemos muchas oportunidades de probar algunos de nuestros cuentos con niños en actuaciones organizadas con el apoyo de la organización Save the Children y de Rímac, lo que queremos hacer ahora es salir de gira con la obra, porque aquí si bien la escenografía es importante, quienes sostienen la obra son los actores. Así que planeamos hacer una gira de teatro infantil por provincias. Nuestra primera prueba será en la Feria del Libro. Ahí en vez de hacer la típica presentación donde alguien lee y otra persona comenta, haremos por primera vez la presentación en vivo del cuento del libro.


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